Esta semana no fue una más para el pueblo argentino. Antes de un nuevo aniversario de los caídos en Malvinas, nos dejó Raúl R. Alfonsín, como dijeron muchos el último gran político, como lo reflejó la multitudinaria despedida, como lo que fue como persona y político, decente y honesto, un promovedor de la libertad y defensor eterno de la democracia.
Su legado quedará para siempre en la historia del país. Terminó con la época más nefasta, creo la CONADEP para investigar las reiteradas y planificadas violaciones a los derechos humanos durante la llamada guerra sucia, llevó a cabo el juicio a la Junta, lucho siempre y a veces con desaciertos, pero el tiempo le terminó dando la razón y la gente que se acercó a darle el último adiós, no fue sólo de su partido de origen, sino hijos y creyentes de la Democracia. Hijos y ceryentes, que entendieron los obstáculos que no le permitieron plasmar del todo su proyecto político.
Quedará en la historia la multitudinaria despedida desde en el Congreso, de la que tan sólo pudieron dar obra Hipólito Yrigoyen y Juan Domingo Perón.
Entre otras cosas, nos dejó un presidente que pudo caminar hasta los últimos días de su vida por calle solo, que nunca se dio una vuelta por Tribunales, que ante las diversos errores que se le podán reprochar jamás se le discutirá su lealtad y honestidad, algo que pocas veces se encuentra en un político en nuestro país. Un prsidente al que no sólo se lo recordó en nuestro ámbito, sino también en todo el mundo, en donde por ejemplo Perú dio duelo al enterarse de la notica.
Dos días después, llegó como si el destino lo hubiese planificado, un nuevo aniversario de los caídos en Malvainas. Aquella guerra inútil, cruel, que puso fin a la Dictadura Militar y que le cedió paso a las eleccioens y posterior asunción del hombre nacido en Chascomús.
La semana quedará en el recuerdo de muchos, y como dije anteriormente el destino quiso que se recordaran no sólo el aniversario de Malvinas sino que el país le diera el último adiós a quien sucediera a este recordado suceso.
Desde Sordos, el adiós a un promovedor nato de la democracia como lo fue Raúl Alfonsín y los caídos y veteranos de guerra, que es el único país del mundo en el que no son recordados y gratificados como tendrían que ser. Tenemos mucho para mejorar, entre otras cosas a quienes dieron y lucharon para tener un país mejor.